El Obispo Nicolás Baisi, besa la tierra colorada justamente allí donde empieza el territorio de la Diócesis de Puerto Iguazú.

Terruño nuestro entrañable que lo adoptará humanamente como la madre tierra lo hace con sus hijos recordando que de polvo somos y al polvo volvemos.
Gesto de humildad, servicio a los pobres de la tierra y reverencia a la madre naturaleza.
Pero también lo adopta nuestro cielo azul de Misiones que recuerda el manto celeste de la Virgen. Cálido abrazo de mamá del cielo animando a su hijo a levantarse, mirar para arriba, urgiéndole a llevar el Evangelio de su hijo Jesús por esos mismos caminos de la tierra colorada que lo reciben.
Todo lo que viene del cielo vuelve al cielo. Pero arrancando bien desde abajo para llevar mucha cosecha.
Un beso de bienvenida que dice mucho.
Pastoral de Comunicación Social Diócesis de Puerto Iguazú 3751 585758
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