Francisco hizo esa advertencia al participar de modo virtual de las Jornadas del Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana.
Días atrás el Papa Francisco participó de modo virtual de las Jornadas del Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, en el que advirtió que "no hay democracia con hambre, no hay desarrollo con pobreza y mucho menos justicia en la inequidad".
En su mensaje, el pontífice analizó el papel del Estado, la desigualdad mundial, el impacto de la pandemia y el futuro de la democracia.
“Los elevados niveles de pobreza son el indicador más claro de la injusticia distributiva que rige en el mundo y de las fallas que nosotros hemos tenido en la implementación de los derechos más elementales”, sostuvo.
“La periferia aumenta y el centro de poder, de la riqueza, se estrecha cada vez más. La mayor parte del dinero y las posibilidades están en muy pocos y la mayoría sufre la pobreza”, aseveró.
Francisco insistió en pedirle a los magistrados argentinos que integran este comité panamericano que “nunca pierdan de vista que no hay democracia con hambre, no hay desarrollo con pobreza y mucho menos justicia en la inequidad”.
“Recuerden que el primer compromiso que debe tener el Estado es con el bienestar y la felicidad del pueblo empezando por las necesidades más fundamentales”, subrayó.
El Papa recordó el reclamo de las de “las ‘3 T’: techo, tierra y trabajo” que lanzó junto con los movimientos populares del mundo, al afirmar: “Cualquier plan o teoría carece de legitimidad si su consecuencia es mayor sufrimiento y mayor descarte de los pueblos”.
“Deseo que todos los debates teóricos que protagonicen, sirvan para luego transformar la realidad de los que más necesitan de justicia”, agregó.
“Gracias por lo que hacen. Busquen siempre el bien de la Patria, de la Nación, el bien de los países de cada uno de ustedes también, aunque es el Capítulo Argentino, busquen el bien de los pueblos. Dios los bendiga y sigan rezando por mi”, concluyó.
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