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EUCARISTÍA, PAN DE VIDA

El pasado sábado 10 de junio en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo de Cristo "Corpus Christi", el obispo diocesano Monseñor Nicolas Baisi, junto a miles de fieles y todo el clero de la Diócesis, dió por inaugurado el Año Eucarístico Diocesano 2023-2024 que se extenderá hasta el Corpus del año próximo. A continuación reproducimos la carta pastoral dirigida a todos los fieles de la Diócesis.

 

La Eucaristía es la fuente y la cumbre de la vida cristiana. Contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, Cristo mismo. Es el tesoro de la Iglesia, el tesoro de cada uno de nosotros.


Es por eso que queremos dedicarle un año en el cual podamos contemplar, reflexionar, aprender más de este gran don que Cristo nos da. Queremos crecer en el conocimiento y el amor a Cristo presente en la Eucaristía.

Por eso queremos celebrar cada día más intensamente la Santa Misa, con mayor fe y devoción, y queremos vivir cada vez más plenamente la adoración eucarística.

Para ello estamos embelleciendo nuestros templos, resaltando la centralidad de Cristo Eucaristía. Pero el verdadero templo somos nosotros. Por eso propongo que este año reflexionemos más sobre la Misa y la Adoración Eucarística.

Nos puede ayudar a profundizar en esto la lectura espiritual, particularmente sobre la Misa, así como también los retiros, las convivencias y los encuentros centrados en Jesús presente en la Eucaristía.

Podemos también leer con atención el misal para mejorar nuestro modo de participar en la misa, de celebrarla y también aprender a gustar de las oraciones que reza la Iglesia cada día. En todas las iglesias hay uno, podemos leerlo en grupo o personalmente. Leer atentamente las plegarias eucarísticas que se usan habitualmente en Misa ayuda a comprenderlas y rezarlas mejor.

Es bueno también aprender cantos centrados en la Eucaristía, cantar con fe y piedad nos puede ayudar a crecer en nuestra devoción a tan grande Sacramento.

Una buena catequesis sobre la celebración eucarística nos puede ayudar mucho, dice el Papa que, la mejor catequesis sobre la Misa es una Misa bien celebrada. Una Misa que sea un momento intenso de oración personal y comunitaria, un momento de adoración, de entrega a al Padre junto con Cristo en la unidad del Espíritu Santo. Un momento donde el “cielo se hace presente en la tierra”.

La Adoración eucarística es un gran don para la vida espiritual, en ella vivimos de modo intenso la promesa de Jesús: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”, es fuente de renovación espiritual, para cada uno de nosotros y para la Iglesia diocesana, fuente de santidad. Estar frente al Señor adorándolo, nos prepara para una participación más profunda en la Misa, que también es un acto de adoración. Estar a solas con el Señor en el silencio hace más íntima y profunda nuestra relación con Él. Descubrimos como su entrega en la última Cena y la Cruz es fuente de nuestra salvación, y también nos hace pregustar la vida eterna: estamos frente al Señor que se entregó por nosotros y que Resucitó, su amor eterno se hace presente. Él nos acompaña en nuestra entrega en esta vida y nos prepara para gozar de su amor pleno en la Eternidad.


+Mons Nicolas Baisi



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