Tiempo de Adviento, vientos de esperanza nueva, tiempo de preparación para el el gran acontecimiento del Nacimiento. Tiempo oportuno para reforzar los signos de la vida en el abrazo, el diálogo fecundo, el encuentro familiar y comunitario. Tiempo oportuno también para recordar agradecidos que somos personas desde el mismo momento de la concepción en el vientre de nuestra mamá!En ese dia tan oportuno de la solemidad de la Inmaculada Concepción de María, Mons. Marcelo Martorell invitó a todos los hermanos y hermanas de la Diócesis a vivir con intensidad este Año de María promulgado por la Iglesia de nuestra querida patria.
La Misa se celebró en el Santuario de Jesús de la Divina Misericordia con un lleno total. A pesar del calor reinante, nadie quería faltar a una celebración tan cargada de fuertes sentimientos.En los tiempos preparatorios al gran evento del Nacimiento de nuestro Señor, María ocupa un lugar especialísimo. El Obispo resaltaba la predilección de Dios para con esta mujer, concibiéndola inmaculada para recibir purísimamente en su corazón y en su seno al que sería el Salvador de todos nosotros.Siendo además el 13. aniversario de su ordenación episcopal, Monseñor Martorell dedicó una buena parte de su alocución subrayando el valor y significado del sacerdocio ministerial, rememorando con visible afecto también su propio tiempo de Padre y Obispo al frente de esta porción del Pueblo de Dios.Con María y José, en el pesebre de cada corazón predispuesto promulgamos el estatuto de la Vida.
Diácono Dr. Gerardo Vetter Pastoral de Comunicación Social
Diócesis de Puerto Iguazú
Comments