Donde está tu tesoro, allí está tu corazón!
Del corazón abierto de Jesús, brota sangre y agua. Manantial vivo que no para de brotar derramando todas las gracias que necesitamos para realizarnos plenamente. Es la Fuente de Sacramentos de la que se nutre y se fortalece el Pueblo de Dios en su paso por esta vida. Por eso, al Sagrado Corazón de Jesús lo llamamos también Corazón Eucarístico de Jesús.
El inmenso amor de Dios se hace visible y palpable en este amor misericordioso de Jesús. Es el corazón de Jesús que nos enseña a amar en todos los ámbitos de la vida pero muy especialmente en nuestra familia. Jesús nos enseña y también nos nutre con todos los dones necesarios para que el amor de nuestros hogares sea un amor que nos haga verdaderamente felices. Amor de pareja que se sostiene y crece en la fidelidad; amor de los hijos que se desarrollan sanamente en el buen camino sorteando los desatinos de alcohol, drogas y sexo fácil.
Nuestro Padre Obispo Marcelo Martorell animó con sus palabras lleno del afecto paternal, al párroco Padre Gabriel a continuar junto con toda la comunidad a promover la adoración
Eucarística.
