La capilla dedicada a la Virgen de Luján, recibió con los brazos abiertos la visita de los fieles de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Eldorado. Una capilla muy humilde, pero de corazón grande, en el recibimiento del Padre Obispo Nicolás y de los peregrinos llegados de los distintos barrios del kilómetro 4. En el parquizado de la capilla tuvieron suficiente espacio para el distanciamiento social, pero a la vez para una íntima comunión espiritual.
El Padre Obispo hacía referencia en la Misa sobre el camino de la vida que es muy parecido al camino de nuestra peregrinación. En la vida no caminamos solos, viene con nosotros la Virgen María. Sabemos adónde vamos porque ella nos guía por el camino a Jesús. La Virgen, la llena de gozo, nos enseña el don de la alegría, pero también nos acompaña en los momentos difíciles en el camino de la vida. Ella, la que se estremece de gozo también está presente al pie de cada cruz. En ese camino con altibajos, necesitamos aprender de la Virgen el don del perdón. Resaltaba el Obispo este hecho de que tenemos un Dios de perdón, maravillosa experiencia de liberación vivida en el sacramento de la reconciliación.
¡Ave María Purísima!
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